Autor: Bernhard Schlink
Editorial: Anagrama
Nº
Pág.: 208 pág.
Género: Drama, Histórica
Fecha de publicación original: 1995
Fecha de publicación original: 1995
Primera edición: septiembre 1997
Michael Berg tiene quince años. Un día, regresando a casa del colegio, empieza a encontrarse mal y una mujer acude en su ayuda. La mujer se llama Hanna y tiene treinta y seis años. Unas semanas después, el muchacho, agradecido, le lleva a su casa un ramo de flores. Éste será el principio de una relación erótica en la que, antes de amarse, ella siempre le pide a Michael que le lea en voz alta fragmentos de Schiller, Goethe, Tolstói, Dickens ... El ritual se repite durante varios meses, hasta que un día Hanna desaparece sin dejar rastro. Siete años después, Michael, estudiante de Derecho, acude al juicio contra cinco mujeres acusadas de crímenes de guerra nazis y de ser las responsables de la muerte de varias personas en el campo de concentración del que eran guardianas. Una de las acusadas es Hanna. Y Michael se debate entre los gratos recuerdos y la sed de justicia, trata de comprender qué llevó a Hanna a cometer esas atrocidades, trata de descubrir quién es en realidad la mujer a la que amó... |
Hoy traigo una de esas lecturas que son un semiclásico y que me he de decidido a leer a raíz del reto Serendipia. El lector es un libro famoso, sobre todo después de ser rodada la película del mismo nombre y, al ser un poco alérgica a esos fenómenos culturales, nunca caigo en el momento sino un tiempo más tarde cuando ya ha pasado el auge que los caracteriza. Por todo eso cuando vi esta novela como una propuesta me la apunté y siento no haberlo hecho antes.
La verdad es que se trata de una historia a priori sencilla: un chico adolescente se ve en apuros en la calle a causa de que le sobreviene un gran malestar y lo auxilia una mujer que pasa por ahí. Él se llama Michel, ella Hanna. Y cuando se recupera un poco de una enfermedad que lo tiene postrado a la cama, a iniciativa de su madre, decide ir a agradecer la ayuda a su entonces anónima salvadora. Y no se sabe bien bien cómo se inicia una relación erótica entre ambos.
Mientras iba leyendo el libro iba pensando a la vez en la idea de qué pasaría por mi cabeza si me lo hubiera leído con quince/dieciséis años. La verdad es que hubiera sido todo un descubrimiento y aunque a mí no me hubiera impresionado sobremanera (a esa edad hasta había leído ya literatura erótica) seguro que a mis compañeros de clase sí. Porque esta novela no trata sólo de la relación entre una mujer adulta y un muchacho sino que hay muchas cosas más por medio. Por ejemplo, a parte de la relación erótica entre ambos se construye una relación basada en la lectura, pues a Hanna le encanta que Michel le lea los libros que toca en clase; incluso le insta a estudiar y a sacarse el curso escolar amenazándolo con el fin de su relación. Hubiera sido un mensaje subliminal bastante potente para un adolescente y más cuando nuestro protagonista se adentra tanto en la literatura que es capaz hasta de escribir poesía preciosa:
Es cierto que se trata de una relación "políticamente incorrecta", entre un adulto y un niño (la edad legal en España para mantener relaciones sexuales libres es a partir de dieciséis años) pero me he llegado a plantear si es adecuada. Moralismos a parte creo que el problema reside en el hecho de que un menor de esa edad no es que no pueda involucrarse en algo así sino que no es capaz de asumir sus consecuencias. La narración de Schlink en parte me da la razón. Michel se ve inmerso en algo nuevo que no es capaz de manejar del todo, es algo que lo engulle y sin que él se dé cuenta, lo condiciona incluso de adulto.
Este amor entre ambos termina cuando Hanna desaparece y parece que todo se difumina en el pasado, hasta que nuestro protagonista asiste a unos juicios sobre crímenes de guerra. Ahí es donde se vuelve a reencontrar a Hanna, pero en este caso no como una vecina más, sino como la acusada, la mujer que, siendo guardiana de un campo de concentración, supuestamente dejó morir a muchas mujeres presas.
En realidad nos encontramos con una narración de toda una vida que pone en entredicho el fin del pasado nazi, el cómo una sociedad se enfrenta a esa historia. Da la sensación que el deseo de la población es que se termine de cualquier manera con ese pasado, pero que se termine. No importan los medios solo el fin. Con una narración fluida, con lenguaje sencillo se nos narra el sentimiento de las nuevas generaciones hacia sus padres y hacia aquello y aquellos que no dejan olvidar.
Es una obra muy intimista, profunda en el mensaje que, pese a su corta extensión, le deja a uno cavilando sobre todo el proceso postnazi. Es curioso como hay muchos libros sobre la IIGM, sobre los campos de concentración, sobre el horror y la violencia, sobre el fin de la guerra también, pero muy pocos sobre lo que pasó después con ese horror. Y si los hay, yo no conozco muchos (si me podéis recomendar alguno sería interesante). Esto me recuerda a una entrevista que leí hace mucho a un autor (no recuerdo a cuál) al que le preguntaban por qué los libros acababan con la boda y éste contestaba "porque a nadie le interesan las peleas del después". Pues ese "después" es lo que Bernhard Schlink plasma en este libro de tintes autobiográficos.
La verdad es que se trata de una historia a priori sencilla: un chico adolescente se ve en apuros en la calle a causa de que le sobreviene un gran malestar y lo auxilia una mujer que pasa por ahí. Él se llama Michel, ella Hanna. Y cuando se recupera un poco de una enfermedad que lo tiene postrado a la cama, a iniciativa de su madre, decide ir a agradecer la ayuda a su entonces anónima salvadora. Y no se sabe bien bien cómo se inicia una relación erótica entre ambos.
Mientras iba leyendo el libro iba pensando a la vez en la idea de qué pasaría por mi cabeza si me lo hubiera leído con quince/dieciséis años. La verdad es que hubiera sido todo un descubrimiento y aunque a mí no me hubiera impresionado sobremanera (a esa edad hasta había leído ya literatura erótica) seguro que a mis compañeros de clase sí. Porque esta novela no trata sólo de la relación entre una mujer adulta y un muchacho sino que hay muchas cosas más por medio. Por ejemplo, a parte de la relación erótica entre ambos se construye una relación basada en la lectura, pues a Hanna le encanta que Michel le lea los libros que toca en clase; incluso le insta a estudiar y a sacarse el curso escolar amenazándolo con el fin de su relación. Hubiera sido un mensaje subliminal bastante potente para un adolescente y más cuando nuestro protagonista se adentra tanto en la literatura que es capaz hasta de escribir poesía preciosa:
"Cuando nos abrimos,tú a mí y yo a tí,cuando nos sumergimos,tú en mí y yo en ti,cuando nos olvidamos,tú en mí y yo en ti.Sólo entonces,yo soy yo y tú eres tú."
Es cierto que se trata de una relación "políticamente incorrecta", entre un adulto y un niño (la edad legal en España para mantener relaciones sexuales libres es a partir de dieciséis años) pero me he llegado a plantear si es adecuada. Moralismos a parte creo que el problema reside en el hecho de que un menor de esa edad no es que no pueda involucrarse en algo así sino que no es capaz de asumir sus consecuencias. La narración de Schlink en parte me da la razón. Michel se ve inmerso en algo nuevo que no es capaz de manejar del todo, es algo que lo engulle y sin que él se dé cuenta, lo condiciona incluso de adulto.
Este amor entre ambos termina cuando Hanna desaparece y parece que todo se difumina en el pasado, hasta que nuestro protagonista asiste a unos juicios sobre crímenes de guerra. Ahí es donde se vuelve a reencontrar a Hanna, pero en este caso no como una vecina más, sino como la acusada, la mujer que, siendo guardiana de un campo de concentración, supuestamente dejó morir a muchas mujeres presas.
"No olvide a Hanna, desde luego, pero en algún momento su recuerdo dejó de acompañarme a todas partes. Quedó atrás, como queda atrás una ciudad cuando el tren sigue su marcha. Está allí, en algún lugar de nuestra espalda, y si hace falta puede uno coger otro tren e ir a asegurarse de que la ciudad todavía sigue allí. Pero ¿para qué hacer tal cosa?"
En realidad nos encontramos con una narración de toda una vida que pone en entredicho el fin del pasado nazi, el cómo una sociedad se enfrenta a esa historia. Da la sensación que el deseo de la población es que se termine de cualquier manera con ese pasado, pero que se termine. No importan los medios solo el fin. Con una narración fluida, con lenguaje sencillo se nos narra el sentimiento de las nuevas generaciones hacia sus padres y hacia aquello y aquellos que no dejan olvidar.
Es una obra muy intimista, profunda en el mensaje que, pese a su corta extensión, le deja a uno cavilando sobre todo el proceso postnazi. Es curioso como hay muchos libros sobre la IIGM, sobre los campos de concentración, sobre el horror y la violencia, sobre el fin de la guerra también, pero muy pocos sobre lo que pasó después con ese horror. Y si los hay, yo no conozco muchos (si me podéis recomendar alguno sería interesante). Esto me recuerda a una entrevista que leí hace mucho a un autor (no recuerdo a cuál) al que le preguntaban por qué los libros acababan con la boda y éste contestaba "porque a nadie le interesan las peleas del después". Pues ese "después" es lo que Bernhard Schlink plasma en este libro de tintes autobiográficos.
"¿Por qué? ¿Por qué lo que fue hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultaba verdades amargas?"
Me arrepiento de no haber leído este libro antes. He leído mucho sobre su argumento y cosas muy diferentes, algunos hablaban de las pocas emociones que emanan lo personajes cosa con la cual estoy en total desacuerdo. A veces la falta de emoción es una emoción en sí misma. Hanna puede parecer fría y distante pero no es inconmovible. Desea esconder sus defectos y por ello es capaz de asumir un pasado nazi no del todo verídico. La culpa le pesa pero hasta de ella se sabe proteger. Y Michel es un joven que ha sido también marcado por la culpa, primero por esconder su relación con Hanna y no darle el reconocimiento adecuado y después, durante los juicios, precisamente por haber mantenido una relación con alguien con ese pasado. Al final, toda la novela está plagada de sentimientos, y el principal de ellos es la culpa.
"Luchaba siempre, y había luchado siempre, no para mostrar a los demás de lo que era capaz, sino para ocultarles de qué no era capaz. Una vida cuyo avances eran enérgicas retiradas y cuyas victorias eran derrotas encubiertas."
Hay una tercera parte en la novela de la que nada mencionaré por no estropear a la nadie su lectura pero debo decir que es la parte que más me ha gustado, quizás porque le da una conclusión a las cosas, cierra de un cierto modo el ciclo. Recomiendo encarecidamente esta lectura a los que, como yo, de forma errónea, aún no la habéis tenido en las manos. Es deliciosa a su particular manera.
Hola guapa, lo había visto en alguna otra ocasión... quizá en el reto Serendipia, como bien dices, pero la verdad es que me resulta muy estresante leer un libro en el que el protagonista principal es la culpa... Creo que lo dejo pasar, aunque me alegro de que lo hayas disfrutado tanto.
ResponderEliminarUn besazo
Es verdad que a mi me gustó y no soy particularmente masoquista pero si no te llama pues no pasa nada. Tienes tanto donde elegir...
EliminarGracias por leerme. Besotes!
Hola, Nynia:
ResponderEliminarLo tengo fichado ya desde la edición de Compactos de Anagrama, y jolín, la verdad es que me atrae muchísimo el argumento y las citas que has compartido son preciosas.
Lo sigo teniendo en wishlist, porque me apetece un montón.
Besos.
Te prometo que si le das una oportunidad te gustará. De pocos libros puedo decir algo así pero es que me gustó mucho. Dudé mucho en calificarlo como cinco ovejitas y solo puse 4,5 porque me supo a poco, porque quería más de todo. ¿No dicen algo así como "lo bueno, si breve, dos veces bueno"?
EliminarLo he comprado. Lo recibí ayer y la verdad es que me apetece taaanto.
EliminarBEsos.
Pues espero con impaciencia tu valoración!
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía este libro, pero la verdad es que Anagrama publica verdaderas maravillas. Me lo llevo anotado :)
Un besito.
Tienes toda la razón. Hay algunas editoriales que le echan empeño y eso se nota.
EliminarGracias por leerme. Besotes!
Lo tengo pendiente desde hace mil! (y la peli igual... de hecho lo apunté tras ver de qué trataba la peli xD )
ResponderEliminarA ver si me pongo al lío!
Besotes
Yo acabo de cumplir con el libro. Ahora la peli. Kate Winslet me encanta así que no creo que me defraude.
EliminarBesotes!
Hola hay una película sobre este libro, ya la vi y me gusto mucho cuanto leí de sinopsis me acorde de la película no tenia idea de que estaba basada en un libro así que me lo apunto espero darle una oportunidad pronto. Saludos.
ResponderEliminarYo tampoco. Hasta que vi el libro como una propuesta en el Reto Serendipia. Espero que te animes.
EliminarBesotes!
Lo leí hace ya un tiempo y me gustó muchísimo. La peli es una buena adaptación también. Muy buena reseña!
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Margari! Pues yo pensé que cuánto me había perdido por no leerlo antes... Ahora tengo pendiente la pelicula pero esto seguro que no me lo pierdo.
EliminarGracias por pasarte por aquí. Besotes!
Hola!! El libro tiene una pintaza increíble, no lo conocía, aunque creo que me suena un poco. Me lo llevo. ¡Estupenda reseña! Ya te sigo y nos leemos!! Besos!!
ResponderEliminarHola y bienvenida a este rincón. En cuanto pille el ordenador te visito de vuelta. Nos leemos!
EliminarYo también le tengo pendiente desde hace mucho, pero aún no le he puesto remedio...aunque reseñas así me hacen querer salir rauda y veloz a la biblio a buscarlo!
ResponderEliminarBesitos
Me suben los colores cuando la gente me escribe que les gustan mis reseñas. No dudes en leer El lector, seguro que te gusta. Gracias por leerme.
EliminarBesotes!