Autor: Jill Santopolo
Editorial: Suma
Nº
Pág.: 400 pág.
Género: Drama, Romance
Primera edición: mayo 2017
Lucy y Gabe se conocieron durante su último año en la universidad un día que les cambiaría para siempre. En ese momento decidieron que necesitaban hallar un sentido para su vida, aprovecharla, dejar huella. Jóvenes y enamorados, parecían tener el mundo a sus pies. No esperaban que fueran sus propios sueños los que los separaran. Pero Gabe aceptó ir a trabajar como fotógrafo de prensa a Oriente Próximo y Lucy decidió continuar su carrera en Nueva York. Así comienzan trece años de anhelos, deseos, celos, traiciones y, sobre todo, amor. Separados por continentes, pero nunca lejos del corazón. ¿Era realmente su destino acabar juntos su viaje? |
Por fin vuelvo por aquí con una tarea pendiente, reseñar el último libro que leí el año pasado y que fue una forma muy buena de darle el punto y final. La luz que perdimos es una novela que llegó a mí a través de un blog literario, con una reseña que se me quedó en la retina y además me venía perfecto para el reto Leyendo en el tiempo y fue todo un acierto.
Conoceremos a Lucy y a Gabe, dos universitarios a punto de terminar sus estudios que se conocen el 11 de septiembre de 2001. Se enamoran a primera vista pero ese momento se clava en su memoria por el suceso que ha marcado la historia, el atentado de las torres gemelas. Junto con sus compañeros ambos presencian, desde el tejado de su residencia, como a lo lejos se desmoronan esas construcciones. Ese momento marca su vida, en cierto sentido y hace que no puedan salir juntos en ese momento. Pero el mundo es un pañuelo y unos años después se reencuentran y, ahora sí, se lanzan a vivir su amor plenamente.
Esta podría ser una novela romántica cualquiera pero tienen tantas cosas más que me da miedo quedarme corta en la explicación. Para empezar Lucy y Gabe tienen el sueño de hacer algo que valga la pena en la vida. Eso no significa ser famoso o entrar en los libros de historia sino algo que perdure. Por su lado, Lucy quiere producir programas de TV para niños, programas educativos con mensajes tales como la igualdad de género, tolerancia, etc. Gabe también quiere poner su granito de arena y decide hacerlo a través de la fotografía. Su idea es que se puede cambiar el pensamiento de las personas con imagen, concienciarlos. Ambos se apoyan mutuamente, se animan y se interesan por las ideas del otro. Pero el sueño de Gabe hace que se tenga que marchar de Nueva York y su relación termina.
"Que ese sueño que tenías no era un sueño para un futuro sin definir, sino un sueño que debías llevar a cabo inmediatamente. En Nueva York jamás serías feliz. Necesitabas enfrentarte a la decepción que sentías con el mundo, trabajar en ella, si deseabas acabar cuerdo. Ya entonces lo entendía. Tan solo esperaba que algún día regresases".
A partir de entonces se nos narra la vida de Lucy, siempre desde su punto de vista. Lo cierto es que la forma de contar es lo más curioso y atrayente de la novela. Es como si Lucy le estuviera contando a Gabe su historia, como un largo monólogo introspectivo, contado a modo de novela, explicándole su relación pero también su vida cuando él se marchó y ella se quedó sola. Uno se queda con la duda de dónde está, si realmente está hablando con Gabe. En algunos párrafos nos deja caer algo de información que hace intuir realmente a dónde se dirige todo ello pero no lo sabremos hasta el final.
Lo bueno de usar la voz de Lucy es que nos metemos en su piel. Se nos presenta un personaje íntegro con sus luces y sus sombras y una mujer del mundo actual. Lucy tiene que sobrevivir a Gabe y acaba saliendo con Darren. Y aunque Darren no es Gabe, es un hombre bueno que la hace reír y la hace feliz. La verdad es que su historia es muy realista, pues pone en valor cuestiones tales como igualdad de sexos, quién debe ocuparse de la casa, los hijos, la predisposición de creer que es la mujer la que ha de hacerlo, la independencia económica. Eso es algo que me ha gustado mucho, pues como he dicho La luz que perdimos no es sólo una novela romántica, es mucho más, toca muchas teclas y sería injusto no mencionarlas ya que es lo que la hace una novela de diez.
"-Sólo ten presente que una cosa es perder la cabeza por alguien y otra muy distinta amar".
Pero Lucy y Gabe no pierden el contacto, siguen escribiéndose o viéndose cada tantos años y esos años nos llevarán al final de la historia de Lucy. Un final que se me quedará en la retina y que me ha emocionado. Confieso que acerté hacia dónde se dirigía la historia pero aún así hay un giro en las últimas páginas que no preví.
Lo cierto es que la historia es preciosa. Pero aún siéndolo es una historia de amor contemporánea con muchos ingredientes, que pone en valor que todos amamos de forma diferente, que podemos amar a diferentes personas de forma distinta y que hay relaciones que duran meses que marcan para todo la vida y las hay que duran para siempre y que te acompañan todo ese tiempo. Me ha parecido muy real, muy terrenal, decisiones que tienen consecuencias y condicionan el futuro de los personajes. Incluso algo tan grave como el atentado de las torres gemelas es tratado de forma muy respetuosa, mostrando los diferentes modos que tienen de reaccionar a ello Lucy y Gabe, formas casi opuestas pero igualmente válidas.
"-Como mi padre. Me da miedo tener todos estos sueños y no conseguir nunca hacerlos realidad. Que eso me cabree, me hiera y me rompa por dentro y que pueda hacer daño a las otras personas que tengo cerca".
No soy precisamente amante de la novela romántica, puede que lea un par al año, y todo eso se debe a que suelen ser novelas-monotema. Por eso, cuando encuentro una que tiene más, me cautiva y eso es lo que ha pasado con La luz que perdimos, que es una novela muy humana.
"Los que pueden, actúan".
Por Nitha