28 de noviembre de 2018

Diciembre, mes de la novela clásica

Me parece que tanto Nynia como yo estamos teniendo un final de año complicadete. Personalmente se me han juntado varios problemillas que me tienen con la lengua fuera. Por esa misma razón llevo unos meses sin apuntarme a los retos mensuales que organiza Laky de Libros que hay que leer. Pero este me apetece un montón y además tengo el libro perfecto.

 

Así que el sábado vamos a dar el pistoletazo de salida al mes de la novela clásica. Como es el último mes del año vamos a intentar finiquitar esas lecturas y dar salida a esas reseñas que llevo tiempo aplazando. Para este mes quiero leer Jane Eyre porque me da hasta vergüenza decir que aún no la he leído, aunque sí he visto películas, series, documentales y todo lo que pueda existir. Así que tengo curiosidad si me va a gustar o no y un poco de miedo también. Dejaré el enlace a la reseña en esta misma entrada.

Jane Eyre por Charlotte Brontë (reseña)

Entre las bases de este reto Laky nos especifica que para simplificar se considerará novela clásica aquella publicada antes de 1950. Aquí os dejo el enlace a su entrada.

Por Nitha

26 de noviembre de 2018

La maleta de Ana por Celia Santos

Título: La maleta de Ana
Autor: Celia Santos
Editorial: Penguin Random House
Nº Pág.: 339 pág.
Género: Novela histórica
Primera edición: junio 2018




En los años sesenta y setenta del siglo pasado, cientos de miles de mujeres españolas emigraron a Alemania para trabajar. Eran heroínas anónimas que se enfrentaban a un mundo nuevo y a menudo hostil solo para ayudar a sus familias. Esta extraordinaria novela es la historia de una de ellas, pero podría ser la de todas.
Es el relato duro pero emocionante de Ana, desde que sale de su pueblo de Ávila con una pequeña maleta de cartón para trabajar en una gran fábrica de Colonia. Es la historia de su juventud, sus dificultades, su complicidad con las otras obreras y su lucha contra las desigualdades sociales, pero también es el relato de su gran historia de amor.


Hoy traigo una reseña que me será muy difícil de hacer porque la verdad es que no sé por donde cogerla. Empezaré diciendo que vi este libro en algunas webs, alguna reseña que no hablaban mal del mismo y que pese a que no había generado mucho interés era algo comprensible al tratarse de una primera obra de la autora. Me gustó la sinopsis, el tema y la época que trataba y me quedé con el título para el caso de que se me cruzaba. Y se cruzó. Un día entré en la biblioteca y ahí estaba, en la sección de novedades.

La verdad es que esta novela empieza bien, enganchando al lector y a dos voces distintas: una en el pasado y otra en el presente. Así, la voz del pasado nos será contada por la protagonista indiscutible de la historia, Ana, que se despide de su familia para emigrar a Alemania en los años más difíciles del franquismo, cuando hacía falta dinero para comer y en España no lo había. En el tren de ida conocerá a otros en su misma situación y se hará amiga de algunos. Intercalados, encontraremos los capítulos del presente en los que Cora, una mujer adulta se ve desbordada por los acontecimientos de su vida y acaba conduciendo sin rumbo por la autopista hasta acabar en un pequeño pueblo costero.

Los capítulos irán sucediéndose y pronto descubriremos el vínculo entre ambas historias, que para mi gusto es ciertamente forzado. Pese a que creo que el argumento está bien pensado, la época es muy interesante y los personajes bien elegidos, creo que ahí se acaba todo lo bueno que puedo decir de esta novela. Por eso al principio escribía que no sabía por donde coger esta reseña, y todo esto lo escribo con un profundo respeto hacia la autora.

Voy a intentar explicarme. Uno de los elementos que más me atrajo fue la época histórica: finales de los años sesenta y los años setenta. No es un periodo de tiempo muy al alza en las novelas históricas actuales y menos lo es el éxodo de los españoles a Alemania y otros países para ganarse el jornal. Pues eso, que es algo que podría dar mucho jugo, poco se aprovecha. Es cierto que da inicio a la novela, pero después sólo se nos cuentan las penosas condiciones de los trabajadores, aprovechando muy poco el contexto histórico. De hecho el capítulo que más me ha gustado es precisamente cuando Ana y sus amistades se aventuran a una manifestación a Berlín y en el que se vive algo de ese momento revolucionario.

"No hacía falta traductor; la alegría y la solidaridad eran el idioma común aquella tarde. Una tarde en la que los hijos de la represión conocieron el rostro de la libertad, abrazaron la igualdad, tan extraña para ellos y se emborracharon de la solidaridad e importancia de cada uno en aquella sociedad tan próspera. Una tarde que tocaron con la punta de los dedos el cielo del futuro y se sintieron parte de un hecho histórico". pág. 161

Y personalmente creo que todo lo anterior viene como consecuencia de lo poco dibujados que están los personajes. Son pocas las figuras principales de la novela pero, dejando de lado a Ana, todos los demás no tienen fondo, no tienen alma, no hay una característica que los distinga o un lenguaje particular (se supone que todos proceden de diversas partes de España y no he visto yo esa variedad en el idioma que realmente existe y que antes existía aún más). En definitiva, no es que no haya podido empatizar con ningún personaje, es que no tenía con qué empatizar

Además, con lo bien que había empezado la novela, en seguido se hizo todo previsible, no había ningún misterio que resolver ni nada que anticipar. El final se veía desde poco más de la mitad del libro. Y por último, hay una cosa que detesto más que nada en la literatura: si vamos a hablar de sexo, hablemos de sexo, no me gusta nada que se usen eufemismos para hacer el "acto" más bonito o más literario, llegando a empalagoso y produciendo un poco de asquete, la verdad.

Ahora, releyendo la reseña, me doy cuenta que estoy siendo muy dura. Quiero enfatizar que escribo esto desde mi más profundo respeto por la autora, pero creo que últimamente se nos toma el pelo por parte de algunas editoriales presentando novelas de alguna persona que tiene presencia en los medios y al final eso hace que desconfíes y te des cuenta que no prima la calidad. Pese a ello creo que esta autora sí puede tener recorrido, puesto que hay pasajes en el libro que son buenos, e incluso inspiradores, y aunque no recomendaría este libro quiero quedarme con esas partes, esas citas que incluyo aquí y que muestran la cara bonita de la literatura.

"Ya no tenía miedo a lo que había descubierto de sí misma, tampoco a las represalias ni a la jerarquía bajo la cual había nacido y vivido hasta ese momento. Y es la ausencia de miedo la que nos hace temerarios, peligrosos, inconscientes; sobre todo con nosotros mismos." pág. 176




Por Nitha

18 de noviembre de 2018

Artículo 353 del Código Penal por Tanguy Viel

Título: Artículo 353 del Código Penal
Autor: Tanguy Viel
Editorial: Ediciones Destino
Nº Pág.: 176 pág.
Género: Drama, Novela negra
Primera edición: 2017


Finales de siglo xx en una región francesa en pleno declive industrial y económicamente y moralmente perjudicada. Martial Kermeur ha sido arrestado por la policía por haber lanzado al mar al promotor inmobiliario Antoine Lazenec. Martial relata al juez los motivos que le han llevado a esa situación (...).
La historia de Martial Kermeur es la historia de aquellos obreros sacrificados en nombre de la competitividad y el todopoderoso dinero. Una clase obrera traicionada y afligida que ha perdido el sentido de la revuelta. ¿Puede esto constituir una circunstancia atenuante en un crimen? Tanguy Viel pone a sus lectores en la posición del juez.


Últimamente he leído unos cuantos libros de autores franceses y aquí traigo otro más. Al igual que en España actualmente la editoriales en Francia apuestan por los thrillers pero a diferencia de lo que pasa en nuestro país los libros más vendidos no suelen ser los típicos bestsellers. Artículo 353 del Código Penal me llamó la atención porque estudié Derecho y enseguida me puse a pensar en cuál era ese artículo y luego me dí cuenta de que se refiere al Código Penal Francés y después de leer esta novela me ha quedado claro que el sistema penal francés y el español tienen poco que ver. Pero dejando eso aparte la cosa era disfrutar de la lectura.

En esta novela el autor nos propone colocarnos en el lugar del juez. Poco sabremos sobre ese hombre, administrador de justicia, y creo que está escrito así adrede para que nosotros, como lectores, participemos activamente y decidamos qué castigo imponer a Martial Kermeur.

"Sí, bueno, por supuesto, toda esta historia es para que se haga usted una idea...
Toda esta historia, repuso el juez, es, ante todo, la suya.
Sí. Por supuesto. La mía. Pero entonces déjeme que se la cuente a mi manera, que sea como un río salvaje (...)".

El libro comienza con el crimen, con Martial y Antoine pescando en el barco del segundo. En un momento determinado Martial empuja a Antoine por la borda y se marcha, sabedor de que en las aguas heladas y tan lejos de la costa su "amigo" tiene posibilidades nulas de sobrevivir. Martial no intenta escapar, de modo que cuando llega la policía se entrega pacíficamente y cuando es interrogado por el juez decide contar su historia. Una historia que empieza más de una década atrás, transcurriendo en su mayor parte durante los años noventa, y durante la cual hay varias víctimas de las circunstancias, una de las cuales es el propio Martial.

"(El juez) Parecía no tener ninguna prisa, como dando a entender que si aquello debía llevarle quince días, que así fuera, con tal de comprender no se qué resorte oculto de la historia (...)".

No voy a contar más sobre la historia de Martial Kermeur porque creo que no es necesario y que forma parte del placer del lector ir descubriendo su mundo, sus razones y las circunstancias que le han llevado a cometer el crimen. De hecho este es uno de los flacos favores que la editorial le hace a la historia puesto que quien lea la sinopsis completa en cualquier página web o en la contraportada se encontrará con spoilers que lo único que hacen es estropearte la novela. Por mi parte lo he excluido del resumen del libro que incluyo al inicio de la reseña.

Como este libro es la historia personal de Kremeur está escrita en primera persona, de hecho, es un continuo monólogo en el que su autor nos va contando la historia des del principio, con lenguaje sencillo porque él es un hombre simple, de pueblo pequeño, sin subterfugios. Es un hombre con muchos sentimientos pero como buen provinciano no los expresa mucho, sólo ocasionalmente. A través de su relato conoceremos la situación política y social de su pueblo, de esa sociedad basada en la industria minera que llega a su ocaso y en la que los hombres se han de reinventar. También habrá otros personajes como su hijo, Erwan, un chico en una situación difícil. Martial como buen padre se culpa de los errores de su hijo y analiza lo que pudo o dejó de poder hacer.

"Erwan lo dice algunas veces últimamente, que yo soy un viejo árbol incapaz de cambiar, siempre con la misma vieja corteza seca y casi venenosa, arraigado debajo de los muros desde hace tiempo, lo dice Erwan, que ha crecido tanto en los últimos años (...)".

Sinceramente es un libro interesante, por la temática que toca, por el dilema que nos presenta pero no he acabado de disfrutar con él. No me identifico para nada con el protagonista, un hombre que no tiene capacidad de acción, de reaccionar frente las cosas. El único momento en el que hace algo es cuando comete el crimen y eso ya es cuando es tarde. Las partes que más me han gustado han sido cuando el juez y él intercambiaban alguna frase y eso es una parte muy pequeña de toda la novela. 

Y no me ha gustado nada el final. Me resistí a esperar las últimas páginas para saber qué dice el artículo 353 del Código Penal francés y cuando lo leí no estuve nada de acuerdo con la interpretación que se le da. Soy consciente de que peco de saber de derecho y dedicarme a una profesión que me obligan a saber del sistema penal. También soy consciente de que cualquier persona media estaría de acuerdo con ese final, pero yo no puedo, nunca aceptaré el ojo por ojo y diente por diente. Porque la sociedad acabaría sin ojos y sin dientes.

Os invito a que también ejerzáis de jueces si os apetece. No puedo recomendar este libro porque mis valores me lo impiden pero esa es la magia de la literatura: leer cosas que le hagan a uno salir de su zona de confort.




Por Nitha

5 de noviembre de 2018

Cancion dulce por Leïla Slimani

Título: Canción dulce
Autor: Leïla Slimani
Editorial: Cabaret Voltaire
Nº Pág.: 288 pág.
Género: Ficción, Thriller
Primera edición: 18 agosto 2016



Myriam, madre de dos niños, decide reemprender su actividad laboral en un bufete de abogados a pesar de las reticencias de su marido. Tras un minucioso proceso de selección para encontrar una niñera, se deciden por Louise, que rápidamente conquista el corazón de los niños y se convierte en una figura imprescindible en el hogar. Pero poco a poco la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama. Con un estilo directo, incisivo y tenebroso en ocasiones, Leila Slimani despliega un inquietante thriller donde, a través de los personajes, se nos revelan los problemas de la sociedad actual, con su concepción del amor y de la educación, del sometimiento y del dinero, de los prejuicios de clase y culturales.


Hay muchos premios literarios en el panorama editorial, algunos con más proyección pública que otros. Uno de los que siempre me ha llamado la atención es el Premio Goncourt que se otorga en Francia. El premio en sí es más bien testimonial porque está dotado con solo 10€ pero ganarlo supone un éxito de ventas asegurado y, si eso es así, será porque año tras año el público confía en que se otorgará a una de esas novelas que vale la pena leer.

Hoy traigo el que fue Premio Goncourt 2016 y que me ha encantado una vez más. En este caso el inicio es tan potente como desgarrador: una madre llega después del trabajo a casa y se encuentra con que la niñera ha matado a sus dos retoños y se ha cortado las venas. Lo cierto es que la autora consigue con un estilo casi clínico transmitir toda la escena y lo único que acaba resonando en los tímpanos de una es ese grito desgarrador que sale de la garganta de Myriam, "la madre loba" herida.

A partir de entonces retrocedemos un año atrás, al origen de todo. Conoceremos la historia de Myriam, una mujer joven, de origen magrebí, licenciada en Derecho que se queda embarazada durante su última época de la universidad. Myriam es una buena estudiante, tenaz y persistente y sus compañeros de promoción están seguros de que triunfará. Pero lo que acaba pasando es que Myriam se convierte en ama de casa, madre para Mila, una niña traviesa y un poco malcriada, y luego para Adam, un bebé silencioso y juguetón. Este es uno de los puntos interesantes, pues la autora aborda la cuestión de la maternidad en nuestra cultura actual, cómo la presión social y la propia educación nos presiona a las mujeres para que lo hagamos todo: ser unas profesionales exitosas, esposas complacientes y madres amorosas.

Al final Myriam no puede más y cuando se le presenta la oportunidad de volver al mundo laboral no duda en aprovecharla. Pero ¿quién cuidará de los niños? Una niñera es la única opción. Asistiremos a todo el proceso de selección que pone en evidencia la existencia de las dos Francias, la Francia de las clases sociales y la de los distintas cualificaciones profesionales. Así es como encuentran a Louise, una francesa blanca de aspecto frágil y menudo que enamora tanto a los padres como a los críos. Lo cierto es que mientras lo iba leyendo iba pensando "demasiado buena para ser verdad" pero es que es inevitable pecar de omniconocedor si ya sabemos el final.

"Ha seducido a Paul y a Myriam, por su semblante abierto, su sonrisa franca, unos labios que no tiemblan. Parece una mujer imperturbable.
Con la mirada de alguien que puede entender todo, perdonarlo todo. Su rostro es como un mar en calma, del que nadie sospecharía los abismos que encierra".

Poco a poco Louise ocupa un sitio cada vez más importante en la familia, silenciosamente se convierte en imprescindible, casi como tejiendo una telaraña. Es en esta parte del libro donde me ha parecido más acertado haber comenzado por el desenlace, porque nos permite analizar todos los actos de Louise desde un punto de vista omnisciente, buscar los tres pies al gato, como se dice.

Ese punto escalofriante y macabro tiene uno enganchado a las páginas. No es un libro largo, pero el lenguaje sencillo, claro y directo y el estilo casi quirúrgico de la autora es único. Aunque el narrador es tercera persona lo cierto es que nunca se excede en ninguna valoración moral, hay casi una ausencia de adjetivos presentando toda la situación casi como un hecho científico. La verdad es que me ha encantado.

"Dobla las toallas. Vacía la lavadora y destapa la cama de los niños. () Con delicadeza, aparta a Myriam. "Usted tiene que descansar -le dice-. Estará agotada. Aproveche para disfrutar de sus hijos, voy a prepararles la cena. Ni siquiera me verá."
Y es verdad. A medida que pasan las semanas, se esmera en convertirse a la vez en invisible e indispensable". 

Otro de los puntos fuertes de esta novela es que en tan pocas páginas toca muchos temas y desarrolla algunas subtramas con escasos personajes. Además de Paul, el marido de Myriam, también conoceremos a la odiada suegra, Sylvie, que interpreta el típico papel de madre descontenta con la mujer que ha elegido su hijo pero que no tiene nada de ordinaria. Precisamente detesta a Myriam porque es normal, porque quiere trabajar y verse realizada. También habrá una vecina entrometida, otras niñeras de otras parejas y Stephanie, la hija ausente de Louise. 

Sin duda de lo que más he disfrutado es con los capítulos de Louise, ver como entra en una espiral descendente que la dirige hacia ese final tan desgarrador. Aviso a navegantes que no encontraréis episodios psicóticos ni nada eso. Leïla Slimani aborda el tema con elegancia y distancia.

"Siente brotar el odio que lleva dentro. Un odio que va en contra de sus impulsos serviles, de su optimismo infantil. Un odio que mezcla todo".

Cien por cien recomendable y una de mis mejores lecturas del año. Espero haber plantado la semilla para que alguno de vosotros se interese pos esta pequeña obra de arte.


Por Nitha