17 de septiembre de 2018

Donde fuimos invencibles por María Oruña

Título: Donde fuimos invencibles
Autor: María Oruña
Editorial: Destino
Nº Pág.: 414 pág.
Género: Suspense
Primera edición: abril 2018


El verano está terminando y la teniente Valentina Redondo está contando los días para empezar sus vacaciones. Pero algo insólito sucede en el centro mismo del pueblo costero de Suances: el jardinero del antiguo Palacio del Amo ha aparecido muerto en el césped de esa enigmática propiedad.

El palacio es una de las casonas con más historia de los alrededores, y después de permanecer mucho tiempo deshabitada, el escritor americano Carlos Green, heredero de la propiedad, ha decidido instalarse temporalmente en el lugar donde vivió sus mejores veranos de juventud. Pero la paz que buscaba se verá truncada por el terrible suceso, y aunque todo apunta a una muerte por causas naturales, parece que alguien ha tocado el cadáver, y Carlos confiesa que en los últimos días ha percibido presencias inexplicables a la razón.

A pesar de que Valentina es absolutamente escéptica en torno a lo paranormal, tanto ella como su equipo, e incluso su pareja, Oliver, se verán envueltos en una sucesión de hechos insólitos que les llevarán a investigar lo sucedido de la forma más extravagante y anómala, descubriendo que algunos lugares guardan un sorprendente aliento atemporal y secreto y que todos los personajes tienen algo que contar y ocultar.


Como persona tengo un defecto o una virtud, según como se mire, y es que soy capaz de disfrutar de las tareas que menos me gustan. Así que aunque detesto limpiar la cocina y me cuesta horrores ponerme a ello cada semana, una vez que la bayeta está en mis manos le veo la gracia a la cosa. Eso me pasa también con los libros: aunque no me guste uno, lo termino, por pura cabezonería y porque creo que es imposible formarse una opinión solo con las primeras 50 o 100 páginas. Esa capacidad de resistencia la he tenido que usar en parte con la novela que traigo hoy pero no porque no sea un buen libro sino que soy incapaz de empatizar con ningún personaje.

Pero vayamos por partes. Donde fuimos invencibles es la tercera parte de la Serie Puerto Escondido de María Oruña. Las dos primeras novelas cayeron en mis manos por la gracia de Nynia que me las regaló el año pasado por mi cumpleaños. Y todas ellas tienen como protagonista a Valentina Redondo, teniente de la Guardia Civil, una mujer de armas tomar, con un carácter peculiar y mirada bicolor que traspasa a aquél que mira. Y, al igual que me pasó con las anteriores entregas, pese a que creo que es un personaje bastante bien dibujado con una psicología muy bien pensada, no he sido capaz de identificarme con ella ni con ninguno de sus compañeros.

"La vida nos hace tropezar con escenarios llenos de magia. Hasta en la muerte más grotesca puede haber belleza: el brillo de una última dignidad, un agonizante asomo de resistencia".

Pero, tal y como he escrito más arriba, decidí seguir leyendo aunque no fueran los libros que más me entretuviesen. En este caso nos encontramos con que la acción transcurre en Suances, en una casona con mucha historia, la Quinta del Amo. Me ha encantado que ese palacete o algo similar realmente existe y que la autora ha tenido base física para describirlo. Eso se nota mucha y la Quinta del Amo se convierte así en uno de los personajes de todo el libro

En esta idílica ubicación el jardinero aparece muerto por lo que aparenta ser una muerte natural pero enseguida, Carlos Green, el heredero de la finca, le cuenta a Valentina y a su equipo los extraños sucesos paranormales que han sucedido en las últimas semanas. Así, luces que van y vienen, el gramófono que se enciende y se apaga, una apariencia etérea que se presenta y moratones que aparecen en su cuerpo, todos fenómenos sin explicar dan lugar a una situación peculiar. Por todo ello nuestra protagonista decide indagar un poco más y cerciorarse que realmente ha sido muerte natural.

Y aunque a algunos les puede echar para atrás que se incluya este cariz paranormal como parte del argumento de la novela, creo que es su principal atractivo. De hecho esa es una de las razones por las que siempre sigo leyendo las novelas de María Oruña. Esta autora hace un trabajo tan excepcional en la labor previa de documentación y lo refleja tan bien en sus libros que es como revisar una monografía sobre un tema sin los inconvenientes que eso supone. Por esto no solo seguiremos la investigación de Valentina Redondo y su equipo sino que hay otra voz en la novela, de la mano de Cristian Valle y Álvaro Marchín. Éste último es un profesor versado en el tema que expone unas ponencias de tres días en su firme defensa de que lo paranormal no existe y que todo se puede explicar científicamente. Cristian, sin embargo, es un caza fantasmas moderno que sí cree y quiere aprender más sobre las teorías del Profesor. Esa ha sido, de hecho, para mí, una de las mejores partes. Muchos datos, muchos diálogos, exposiciones razonadas, con cierto punto de humor y la dosis justa de teología y escepticismo.

" -Entonces, señorita Fernández, nos encontramos ante el poder que confiere a nuestras palabras el que se encuentren escritas y refrendadas por algo que asociemos a algún tipo de autoridad: lo que viene en los periódicos, en los libros... para nosotros parece adquirir una suerte de fiabilidad que damos por sentada".

Pero no hay dos sin tres. Así que tenemos una tercera línea argumental que consiste básicamente en extractos de la novela que Carlos Green está escribiendo. En realidad es una autobiografía que cuenta sus años de juventud con bastantes detalles y cómo ha evolucionado en la persona que es. Y aunque esta parte es entretenida, lo cierto es que no me ha aportada mucho. Veo por qué lo incluye la autora, como parte de la solución que se le da al asunto de lo paranormal, pero aún así no me ha servido para identificarme con Carlos Green.

Pero debo decir que pese a sus personajes, Donde fuimos invencibles es una novela ágil, con un lenguaje sencillo y accesible, con muchos diálogos y se lee rápido. A ello contribuye que los capítulos sean cortos, que se intercalen las distintas voces, de modo que nunca te aburres y siempre quieres leer más. La propia estructura de la novela es muy dinámica y me encanta que al principio de cada capítulo la autora incluya una cita. Siempre son frases interpretables que una vez terminado ese capítulo cobra un sentido especial. En este caso quiero destacar el siguiente fragmento que me pareció muy  acertado a la vez que místico.
 
"...me pasó por la cabeza la idea de que si la gente se movilizaba a la búsqueda de fantasmas era porque tenía necesidad de una verdad, la que fuese, que no sabía encontrar en su vida diaria. Y de una verdad que diese miedo, porque el miedo es una maravillosa distracción. De profesión, fantasma, Hubert Monteilhet"

Por último, quisiera destacar el papel de Oliver en la vida e investigación de Valentina. Realmente este hombre se ha convertido en uno de los personajes notables de la saga. Entiendo que debe aportar un punto de humor a la vida personal de nuestra teniente, al igual que el Comisario Caruso lo aporta a la profesional (me encanta lo deslenguado que es). Se agradecen esas notas de humor pero detesto cuando la llama baby. Manías personales pero aún así, cada vez que lo leía pensaba en Britney Spears y su famoso videoclip.
 
Concluyendo, leed a María Oruña. Dadle una oportunidad porque es una experiencia muy enriquecedora. Me gustó Puerto Escondido por la historia de Oliver, Un lugar donde ir por lo que aprendí sobre cuevas y Donde fuimos invencibles por tratar el tema de lo paranormal desde un punto de vista tan racional y real. ¿Dónde sino aprendería términos tan específicos como paraidolia? Todos estos libros, pese a formar parte de una serie, se pueden disfrutar de forma independiente sin perderse mucho, así que empezad por donde queráis.




P.D.: Pareidolia - "la denominación que damos al hecho de que nuestro cerebro trate de darle forma reconocible a estímulos vagos e indefinidos. Es nuestra forma de protegernos, de intentar identificar nuestro entorno. Usted escucha un susurro, un suspiro en el aire, pero trata de identificar una palabra en ello. Si se encuentra en un bosque y escucha un ruido, supone ver un bulto, cree identificar un oso o un jabalí y sale corriendo. Ese es su instinto básico: el de identificar a toda costa qué tiene a su alrededor para poder sobrevivir".

Por Nitha

5 comentarios:

  1. Hola!
    Este libro lo leí el año pasado y me gustó mucho.
    Besitos :)

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  2. Tengo pendiente aún leer a la autora, a ver si me pongo con ella U.U

    Besotes

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  3. ¡Hola! no conocía este libro, pero por lo que acabo de leer, tampoco creo que me anime con esta lectura. Me quedo por aquí.
    Un beso ♥

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  4. Me gustó pero mi preferido sigue siendo Un lugar a donde ir.
    Un beso

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  5. Hola, muy buena reseña. Confieso que este no es mi género literario preferido, pero le tendre en cuenta aunque por lo que cuentas se me haria pesadito.

    Saludos!

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