“El buen maestro llega cuando el alumno está preparado”.
El
libro empieza con una nota misteriosa donde no queda claro que porcentaje de
verdad vas a leer. Y, para mí, ahí empezó su encanto. Mantener en vilo al
lector es una buena manera de enganchar al mismo. El protagonista, Javier (el
propio autor del libro), conoce al misterioso Luis Fovel, el cual guiará al
joven Javier a través de una serie de obras de arte que esconden más de lo que
parece a simple vista.
Para
el deleite de los lectores más ávidos de comprobar la veracidad de todo lo que
le rodea, para cada cuadro al que se hace mención en el libro, se dispone de
una fotografía a todo color, y una calidad más que aceptable para poder ver, in
situ, si lo que el maestro Fovel nos esta explicando es verdad. Puedes
adentrarte en la historia a través de los cuadros y sentirse en medio del Museo
del Prado, e incluso, una buscadora de la verdad. En este sentido, quiero poner
un especial énfasis al capítulo que se habla del “Alfabeto de la Muerte”, donde
confieso pasarme un buen rato buscando cada letra como si fuera un historiador más.
El
ritmo de la historia se vuelve trepidante después de varias enseñanzas del
Maestro y sobretodo, ante la posibilidad de no recibir ninguna más, cosa que
provoca en el protagonista una angustia que se contagia al lector, que pasa las
páginas buscando más conocimiento. Curiosidad tras curiosidad, el Maestro Fovel
nos abre los ojos a una visión diferente de la historia, de la religión y de
las posibilidades olvidadas que ofrecen los cuadros sobre éstas.
No
quiero revelar ninguna de las enseñanzas del Maestro porque pienso que debe ser
el lector el que las deleite y las saboree una a una, en su justa medida y en
el momento preciso. No quiero decir ningún cuadro, para que cada vez que se lea
el título de un capítulo sea una pequeña sorpresa. Y sobretodo, no comentaré
nada del final, porque los finales son sagrados, y hay que respetarlos.
En
conclusión, si en el primer párrafo has sonreído al comprobar que tenías las
aptitudes para ser sorprendido por este libro, déjate enamorar por él. Si no es
el caso, dale una oportunidad: el saber no ocupa lugar.
“- ¿Y cómo le encontraré?- Búscame en esta galería. Siempre estoy. Y si por lo que fuera no me vieras, prueba en la sala 13. Es mi favorita.”
Se merece un:
Nynia
www.javiersierra.com/
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