Editorial:
Lumen
Nº
Pág.: 584 pág.
Género:
Intriga
Primera
edición: 2014
Ciclo
de Dreaming Spires
Érase una vez en
Irlanda… Corren los primeros días de enero de 1903 y el profesor Alexander
Quills, un hombre sabio y triste, vuelve a su casa de Oxford después de
asistir a unas conferencias en Londres; Oliver Saunders, joven y tímido,
mientras tanto, trabaja en su pequeño cuarto de Balliol College, rodeado de
diccionarios y novelas góticas, y Lionel Lennox, amante de la buena vida y de
las faldas ligeras, está en Egipto, a punto de profanar la tumba de una
princesa para llevarse una joya de inestimable valor. Poco tienen en común
los tres amigos, excepto el cariño que los une y el interés por las nuevas
ciencias que exploran el mundo del más allá. Muy pronto sus ganas de saber
los llevarán a Irlanda, una tierra plagada de leyendas, donde las piedras tienen
una historia que contar y el sonido de la lluvia se confunde con el llanto de
unas mujeres que cuidaron de sus seres queridos incluso más allá de la
muerte.
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La
primera vez que supe algo de esta novela fue a través de su autora y de su
secuela, que tengo muchas ganas de leer. Victoria Álvarez era, en muchos blogs,
calificada como una de las autoras revelación por “Contra la fuerza del viento”, segunda parte del Ciclo de Dreaming Spires. Así que busqué la
primera parte y heme aquí, reseñando esta novela tan inusual.
La
sinopsis del libro recoge lo que son los tres primeros capítulos, que nos
permiten conocer un poco a los tres protagonistas de las intrigas, pero no son
los únicos.
Por
un lado tenemos a Alexander, un personaje que lleva una tristeza intrínseca y
que la novela nos permite adivinar poco a poco de donde podría provenir. En
segundo lugar está Oliver, que en un primer momento no parece destacar pero que
acabará teniendo un papel nada desdeñable en todo el entramado. Y, por último,
Lionel. ¡Ay Lionel! Reconozco que desde la primera vez que conocí a este
personaje me ha supuesto ser mi debilidad. Da igual lo mal que se porta, lo
travieso que puede llegar a ser, que yo se lo perdono todo. Aviso a navegantes
que no soy nada objetiva con mi Lionel.
“Su compañero de viaje se equivocaba al decirle que había estado solo durante demasiado tiempo. El gran problema de Alexander Quills era que nunca conseguía estar solo…”
Los
tres amigos comparten algo más que una amistad, son unos creyentes de lo
paranormal, un tema muy en boga a principios del siglo pasado. Deciden
investigar la historia de una banshee
que vive en un castillo de Irlanda. La trama gira en torno a la muerte de uno de
los vecinos del pueblo, supuestamente aterrorizados hasta la muerte por la
susodicha criatura paranormal, y que predijo su muerte con sus sollozos. Pero
lo extraño del caso no es que un hombre fuese asesinado por una aparición, lo
extraño es que la banshee nunca antes había llorado la
muerte de alguien que no fuese de la familia.
“Si la Muerte pudiera llorar, sus lágrimas serán parecidas a las de aquella criatura.”
Aquí
es donde empiezan a tejerse los hilos de la historia. Me ha parecido
interesante como la autora intercala pequeñas informaciones a lo largo de toda
la novela que al final tienen sentido. Y si uno es un buen detective y consigue
identificar y unir esos trazos, puede anticipar el final con bastante acierto.
Y no
puedo terminar sin mencionar a los personajes femeninos tan variados que se
descubren, en especial la señorita Sturling, una de las razones que hace que
quiera que lea la secuela. Sus secretos son los únicos que no se desvelan en Tu nombre después de la lluvia y que
estoy segura deben de ser interesantísimos.
“ Es a ti a quien quiero. [...] Tan rara como te ves a ti misma, tan desconcertante como te han hecho creer que eres… Tan única y tan mía.”
La
verdad es que he disfrutado con este libro y, aunque no será el libro del año,
tengo ganas de leer la segunda parte, lo cual ya es un punto a favor. Además,
me ha encantado que el título tenga un significado tan bonito, que no voy a
desvelar. Como veis es un libro lleno de secretos y pequeños regalos que se
reparten por toda la historia.
Y ya
puestos a ser sinceros, lo único que me ha disgustado, en ocasiones, la lectura
es la sobreactuación de los personajes en algunas situaciones de tensión.
Aunque también hay que decir que la época en la que nos encontramos también
hace que uno sea propenso a ello. Las damas y los caballeros de la primera
década del siglo XX eran mucho más expresivos y dramáticos que hoy en día.
En
cualquier caso le doy un voto de confianza a Victoria Álvarez.
“Nada en este mundo permanece oculto para siempre. […] Allá donde posemos nuestra mirada, la inevitable ley de la revelación es una de las leyes de la naturaleza: el secreto duradero es un milagro que aún está por ver.”
Por
Nitha
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