22 de marzo de 2018

Refugio por Terry Tempest Williams


Título: Refugio
Autor: Terry Tempest Williams
Editorial: Errata Naturae
Nº Pág.: 422 pág.
Género: Biografía, Novela Ecologista
Fecha de publicación original: 1991
Primera edición: febrero 2018







Utah, primavera de 1983. El crecimiento del agua del Gran Lago Salado alcanza niveles nunca vistos que amenazan el santuario de aves. Garzas, búhos o garcetas, cuyo estudio y compañía han acompasado la existencia de Terry Tempest Williams, son las primeras víctimas. El Gran Lago Salado es naturaleza al pie de la ciudad, una ribera movediza que siembra el caos en las carreteras. Islas demasiado inhóspitas y remotas para ser habitadas. Agua en mitad de un desierto, pero tan salada que no podemos beberla. El Gran Lago Salado es de las aves, su refugio irreemplazable. Los humanos, los políticos, los ingenieros, buscan soluciones, pero piensan más en sus infraestructuras y comodidades que en las necesidades y derechos de sus auténticos y alados habitantes.
Mientras se enfrenta al declive de estas especies, Terry descubre que su madre padece cáncer, al igual que ocho miembros más de su familia antes que ella: son «el clan de las mujeres de un solo pecho». Todo ello parece una consecuencia de los ensayos nucleares realizados en el cercano desierto de Nevada. Así, mientras acompaña a su madre en la enfermedad, Terry se sumerge en una investigación sobre los devastadores efectos de la lluvia radioactiva.


Tenía muchas ganas de escribir esta reseña pero ahora que me encuentro aquí no sé exactamente por donde empezar. Normalmente empezaría por el argumento pero creo que haciéndolo así no le haré justicia a este libro. Empecemos pues a decir que no es una novela de ficción sino que se trata de las memorias de la autora de una época muy concreta, situada en 1980 y 1989. Además también es un libro que se encuadra en la llamada literatura nature writing, aquella que aboga por la conservación de la naturaleza, denuncia los ataques contra el medio ambiente y nos anima a cambiar nuestra actitud al respecto de forma totalmente indirecta y sutil.

"Como hemos olvidado nuestro parentesco con la tierra, nuestra afinidad con los demás se ha debilitado. Evitamos asumir responsabilidades y compromisos. Optamos por mantenernos ocupados, que es muy distinto de estar comprometidos. En este país, el tiempo es oro".

Como no podría ser de otro modo, nuestra protagonista es la misma Terry Tempest, una mujer independiente, amante de las aves, residente en Utah y vecina del Gran Lago Salado (Great Salt Lake). A sus diez años su abuela se la llevó de excursión a un Refugio de Aves Migratorias y desde entonces esa niña se enamoró de la ornitología, de los habitantes alados del planeta. Ya de mayor su trabajo también está relacionado con su pasión. Pero Terry es más que eso, es también hija de una mujer extraordinaria que a la edad de treinta ocho años sufrió su primer cáncer de mama, y que, cuando empieza este libro es diagnosticada con un segundo tumor maligno.

La historia que nos cuenta la autora es un cruce de dos mundo. Uno, el de la soledad de Terry, sus visitas al Gran Lago Salado, al Refugio (su refugio), la observación de las aves, sus reflexiones, los cambios climatológicos y los provocados por el ser humano y cómo toda acción tiene una reacción de la que ni si quiera nos damos cuenta. El segundo mundo es más oscuro, es el de Terry viviendo la enfermedad con su madre, con su familia, compartiendo el dolor y la esperanza, esa que nunca se pierde pero que en los años ochenta era muy complicado que llevara a uno a un final feliz.

No es sólo esas dos historias que se cruzan, es la manera de contarlo lo que me ha encandilado. Hay veces que uno lee un libro y dice "de lo mejor que he tenido en mis manos" por la trama, por los giros, por los personajes, por que te absorbe hasta que no sabes qué hora es. Pero también hay veces que lees una historia y dices "esto tiene que ser recomendado" por el trasfondo, por el lenguaje, por la forma de contar las cosas. La escritura de Terry Tempest Williams es maravillosa, sosegada, sencilla, clara y directa. No soy muy experta en la literatura ecologista pero me parece algo más sencillo que contar que la lucha contra el cáncer. Y esa segunda cara de Terry es contada tan bien y tan directamente, sin florituras, sin sentimentalismos pero a la vez con ellos.

Este texto es una creación de Devoradora de libros y no está permitida su copia.
"Un individuo no contrae cáncer: lo contrae la familia entera".
Este texto es una creación de Devoradora de libros y no está permitida su copia.

Tengo la impresión de que no me estoy explicando del todo bien sobre Refugio. Creo que lo que quiero transmitir es que este libro me ha hecho sentir, reflexionar y que me lo he leído en dos sentadas. Ya sea por Diane, madre de Terry, que es una mujer muy fuerte y que tiene unas frases muy acertadas; ya sea por la propia Terry con la que he vivido la angustia de la subida del Gran Lago Salado que lo inunda todo a su al rededor. Cada vez que empezaba un nuevo capítulo, con nombre de ave e indicación de la altura del agua, sentía dos necesidades: buscar la foto del alado en cuestión y sentirme compungida por esta permanente crecida, imaginarme qué más quedaría inundado.

En realidad, no es sólo una biografía, es la historia de la familia de Terry, familia educada en la fe mormona con sus tradiciones y peculiaridades. Esto también me ha parecido muy interesante ya que conozco poco sobre esa religión en cuestión. Y me ha gustado que la autora, una persona educada en este entorno y pese al papel secundario de la mujer (como en todas las religiones) se cuestiona cosas y aboga por el papel de la mujer, de la madre, del Cuerpo Celestial.

Perdonen por esta reseña tan larga pero no puede acabar sin escribir una cosa más. Tengo cierta fijación con el tema de la energía nuclear. Hace ya unos años reseñé Voces de Chernóbil de Svetlana Alexievich que recomiendo encarecidamente a todo el que me escuche y en Refugio también se trata este tema. Por todos es conocida la imagen de las pruebas nucleares en el desierto de Utah y de Nevada y la propia autora apunta a que ésta sea la causa de que ella forme parte del Clan de las Mujeres de Un Solo Pecho. Es perdonable todo el desconocimiento pero en la época en la que este libro transcurre es simplemente deleznable que aún pasaran estas cosas. La defensa nacional nunca puede justificar párrafos como el que sigue y con él acabo:

"En la cultura mormona se respeta la autoridad, se venera la obediencia y no el pensamiento obediente. (...) Durante muchos años he hecho justo eso: escuchar, observar y formar en silencio mis propias opiniones, en una cultura que raras veces hace preguntas porque ya tiene todas las respuestas. Pero también he visto a las mujeres de mi familia morir, una por una, muertes ordinarias y heroicas. Nos hemos sentado en salas de espera, esperando recibir una buena noticia, pero oyendo siempre la mala. Yo las he cuidado, he aseado sus cuerpos llenos de cicatrices, y he guardado sus secretos. He visto a las mujeres guapísimas quedarse calvas a medida que les inyectaban ciclofosfamina, cisplatino y doxorrubicina en las venas. (...) Al final, he sido testigo de su último aliento, me he transformado en comadrona del renacimiento de sus almas.
El precio de la obediencia se ha vuelto demasiado alto".

Por Nitha

Esta reseña la incluyo en el reto del Mes de la Novela Familiar pues al fin y al cabo se trata de la historia de Terry y su familia durante una década.

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